En España, uno de cada cuatro trabajadores sénior lo hace por cuenta propia y casi uno de cada tres autónomos es sénior. Este colectivo ha crecido de forma notable durante la última década y ya supone el 28% del total de afiliados por cuenta propia.
Pero, ¿por qué ser autónomo resulta tan atractivo para los mayores de 55 años?
Desde la crisis de 2008, el panorama laboral español ha dado un giro que se ha visto muy reflejado en el sector sénior de la población. El paro en este colectivo se ha triplicado en la última década y asciende actualmente a un total de 508.000 personas. De estas, más de la mitad, concretamente 220.000, llevan más de dos años buscando empleo.
Del mismo modo, ha crecido la cifra de emprendedores sénior en estos últimos años. Hoy unos 300.000 españoles sénior dirigen sus propias empresas. La mayoría de los emprendedores establecen sus negocios a edades avanzadas; muchas veces sus ideas son más eficientes que las surgidas entre los jóvenes y cuentan con algunas ventajas sobre ellos, como más experiencia, recursos o capacidad financiera. Sin embargo, España se sigue encontrando a la cola de emprendedores sénior (2,8%) de Europa (4,6%).
Otro de los puntos a destacar es cómo el número de trabajadores por cuenta propia asciende al mismo ritmo que cumple años la población ocupada. El número de autónomos sénior crece en nuestro país, pero también su esperanza de vida y sus ganas de seguir trabajando.
En el primer Mapa de Talento, publicado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, que tomamos de referencia durante este artículo, “los trabajadores autónomos sénior de entre 55 a 59 años ya suponen el 21,7 % del total de fuerza laboral en ese tramo, ascendiendo al 25,1 % en el tramo de los 60 a los 64 años, y ya prácticamente suponen el 50 % del mercado en el tramo de 65 a 69 años, siendo tres de cada cuatro en el tramo último de edad que representa a los trabajadores de 70 o más años”. Teniendo en cuenta que la edad de jubilación en nuestro país se encuentra entre 63 y 66 años, la actividad por cuenta propia constituye la opción favorita para seguir trabajando durante los últimos años de vida laboral.
Además, existen una serie de factores transversales al paso del tiempo que dan algunas pistas de por qué la generación de la economía plateada en nuestro país elige trabajar por cuenta propia.
- Las posibilidades de contratación bajan, una vez superada la barrera de los 45 años, trabajar por cuenta ajena se vuelve una tarea complicada y muchas empresas descartan directamente estas candidaturas. Como se observa en los datos comentados anteriormente, tras comprobar que volver al mercado laboral no es una tarea sencilla, comienzan a plantearse trabajar por su cuenta.
- El alargamiento voluntario de la vida laboral, propiciado por la flexibilidad en la cotización por cuenta propia, que se traduce en una prestación y acceso a jubilación menores.
- Muchos cuentan con trabajadores a su cargo o compromiso con terceros, como clientes o proveedores, que limitan su salida del mercado laboral.
- Se encuentran en plena forma y no quieren dejar de trabajar. Sus trabajos pertenecen al sector del conocimiento o es su opción para seguir activos.
Este es quizá un aviso de que hay una generación entera deseando trabajar y que, al no recibir respuesta, busca oportunidades en el empleo por cuenta propia; ¿se está desaprovechando todo ese potencial por parte de las empresas? ¿Cómo podemos ayudar a impulsar el talento autónomo sénior, beneficiando así el crecimiento económico colectivo? La respuesta a esas preguntas son solo algunas de las cuestiones a las que tratamos de arrojar luz desde Ageingnomics, dotando al mercado de información para establecer debates en la agenda pública.