A punto de estrenar dos películas, la vitalidad desbordante de Emma Suárez demuestra el momento de plenitud que está viviendo. Ella lo tiene claro, vive un periodo apasionante en el que disfruta de la experiencia acumulada y aprecia lo que le ofrece la vida sin dejar de mantenerse activa y plantearse retos ilusionantes.
A la actriz no le pesa el paso del tiempo. Al revés. Valora poder seguir aprendiendo cada día y ver y cómo nos transformamos, ganando arrugas y seguridad.
“Desde hace tiempo decidí dar gracias cada vez que me despierto”, nos cuenta. “Miro hacia el pasado, pero no volvería atrás; he dejado, a lo mejor, de ser la chica de la película para convertirme en la madre de la película, y eso, la verdad, es que me gusta porque al final una, como actriz, necesita interpretar lo que está viviendo”.
Emma Suárez se encuentra en un momento de plenitud. Con el paso de los años, ha aprendido a quererse más y a valorar mucho aquello que la enriquece como persona. “El paso del tiempo me parece maravilloso, porque significa que sigues estando. A los 25 siempre hay algo que no te gusta de tu físico, pero lo importante está dentro. Y vas aprendiendo a gustarte porque haces un trabajo introspectivo en el que adviertes que las arrugas vienen de alguna vivencia y son parte de ti”, afirma.
En una espléndida madurez, Emma nos confiesa que a lo largo de su vida ha disfrutado, viajado y vivido experiencias maravillosas… “¡Que me quiten lo bailao!”, exclama, mientras mira con entusiasmo hacia el futuro.