Todos los progresos científicos y tecnológicos que estamos teniendo la suerte de presenciar, nos conducen a ese ideal de bienestar al que muchos llaman new age o nueva era. Vivimos más años, y lo hacemos mejor, gracias, en parte, a nuestra capacidad de adaptación a los cambios.
Desde los primeros Motorolas a finales de los 90, hasta los últimos smartphones que hoy llevamos en nuestros bolsillos, la actual generación sénior ha avanzado al ritmo que marcaba la evolución tecnológica. Durante años, han sabido incorporar todos estos nuevos servicios digitales en su día a día, hasta convertirlos en parte de su estilo de vida.
¿Cómo utilizan los sénior la tecnología?
Como punto de partida, tenemos claro que esta generación pasa por su momento de mayor conexión tecnológica hasta la fecha. Aunque, es cierto que también lo hacen todas las demás; ha cambiado nuestra forma de consumir, de trabajar y hasta de relacionarnos entre nosotros. Así se refleja en el estudio Barómetro del consumidor sénior, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.
Si hablamos de datos, el 78% de la población mayor de 55 años emplea la tecnología de forma habitual y tan solo el 22% está desconectado. Es decir, casi 8 de cada 10 españoles sénior conviven “conectados” al mundo online y solo 2 deciden no hacerlo. Este intervalo de desconexión es más frecuente en el caso de los mayores de 70 años (39%), en aquellos que no cuentan con estudios superiores (41%) y en las mujeres (29%).
¿A qué dedican su tiempo online?
Entre sus actividades favoritas se encuentra la gestión de sus cuentas bancarias (58%); la compra de artículos, entradas y la reserva de viajes (49%) y el uso de las redes sociales, tanto para consultar otras cuentas como para publicar contenidos propios (41%). Pero también reconocen dedicar tiempo en Internet a adquirir nuevos conocimientos y aprender online a través de tutoriales o cursos; para usar aplicaciones de salud, hogar y movilidad o para conocer gente nueva. Además, hay quienes ya usan el móvil para pagar.
En definitiva, nos encontramos con una generación empoderada que, a diferencia de las anteriores, viene a dejarnos claro que la edad no implica el desconocimiento de los avances tecnológicos, sino al revés.
En contra de cualquier prejuicio, la población sénior encuentra en la tecnología un aliado fundamental para estar conectado, informarse, entretenerse e, incluso, como una forma de cuidar su salud y su vivienda. Cada vez más, están al día de las actualizaciones y se sienten cómodos con ellas.