La protección del espacio rural también es un arma contra el edadismo

Los entornos rurales son espacios de enorme riqueza cultural y de grandes oportunidades de vida, tanto para los jóvenes, los séniors y los más mayores.
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12.28.2023

España es el cuarto país más poblado de la Unión Europea con aproximadamente 48,5 millones de habitantes. Sin embargo, la distribución de esa población, caracterizada por una concentración masiva en las zonas urbanas y un abandono paulatino de las zonas rurales, convierten al país en una rara avis del continente. Y no es una buena noticia. Después de todo, los entornos rurales son espacios de enorme riqueza cultural y de grandes oportunidades de vida. Para comunicar estos valores, a menudo infravalorados en relación a la llamativa vida en la ciudad, desde Fundación MAPFRE organizamos el pasado 21 de noviembre el Foro Desafíos y Oportunidades de la España Rural.

La reivindicación de la vida rural

El evento comenzó con el discurso de apertura del periodista Ángel Expósito, quien defendió abandonar las narrativas catastrofistas acerca de la España vaciada para pasar a una actitud mucho más proactiva que vaya más allá del diagnóstico y se sumerja en la búsqueda de planes y soluciones. Una transformación que verdaderamente necesitamos. Al fin y al cabo, la despoblación rural es una realidad ya confirmada y poco nuevo puede decirse sobre su evolución. Es hora de encontrar vías de recuperación. Por la salud del país y por el bienestar de las personas que habitan estos lugares en proceso de abandono, la gran mayoría de las cuales son séniors. Los séniors más olvidados.

Tras Ángel Expósito habló Ángel María García, subdirector general de la Unidad Administradora del Fondo Social Europeo, quien reivindicó la importancia de las ayudas económicas de la UE para promover la formación, el empleo y la inclusión social. Porque este foro no giró solo en torno a las oportunidades económicas que presenta el espacio rural, sino también, y de manera muy intensa, acerca de la necesidad de crear y mantener buenos servicios públicos en este mismo espacio: servicios sociosanitarios, servicios de accesibilidad y servicios de movilidad, entre otros. Garantizar la mayor calidad de vida en los pueblos de esta España mediáticamente muy ignorada.

Devolver el empleo a estos rincones

La primera mesa redonda de la mañana reunió a profesionales muy comprometidos con la salud del mundo rural, como la presidenta de la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural Carmen Quintanilla, el director de la Fundación Orange Daniel Morales, la secretaria general de empleo de la Junta de Extremadura Celia Derecho y la presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias María José García-Pelayo, quien hizo un llamamiento para no concentrar exclusivamente los esfuerzos en las zonas vacías más representativas, sino también en aquellas otras de comunidades más pobladas que comienzan a perder habitantes.

Fue precisamente García-Pelayo quien puso sobre la mesa la cuestión de la comunicación y de la vivienda en las zonas rurales como incentivo para atraer personas. En sus propias palabras, “si no hay carreteras no tenemos una logística que permita que los productos de calidad de las zonas rurales lleguen a otros puntos de España, de Europa o del mundo”. Del mismo modo, “no va a venir nadie si no hay vivienda a buen precio“. Son aspectos cruciales para hacer atractivos los pueblos de menos de 5.000 habitantes tanto para las empresas como para las personas, ambas partes retroalimentadas por la presencia mutua. Para los jóvenes, los séniors y los más mayores.

Un mensaje de optimismo

La segunda mesa redonda del evento orbitó alrededor del acceso a los servicios sanitarios en las regiones rurales, otro punto determinante para atraer personas y talento a las mismas. En ella participaron representantes públicos, representantes del sector médico, representantes de las personas con discapacidad y representantes del sector tecnológico como Silvia Hernández, directora de Microsoft España, quien habló de las nuevas tecnologías basadas en inteligencia artificial como una fuente de oportunidades para recuperar estas zonas denostadas y facilitar la vida de quienes las habitan. Está claro que estas regiones no tienen por qué permanecer desconectadas ya.

Finalmente, el evento cerró con el discurso de clausura de Julio Domingo Souto, director general de Fundación Mapfre, quien aprovechó la oportunidad para destacar el papel transformador de la fundación de la vida rural. Unos esfuerzos que, añadió, merecerán la pena, porque “el futuro de esas poblaciones es una parte fundamental del futuro de nuestra sociedad“. Allí reside gran parte del patrimonio cultural, natural y humano del país. Allí reside una forma de vida mucho más serena y más comunitaria que la que aguarda en las ciudades. Y eventos como este son imprescindibles para hacer partícipes a todos de su preservación.