En la era digital, la formación, sobre todo de los empleados más seniors, debe ser continua para adaptarse a los nuevos retos y por eso el empleado debe ser el protagonista que trace su propia ruta de aprendizaje. Contar con trabajadores de diversas generaciones en una empresa es una riqueza enorme, ya que permite aprender unos de otros y pone en valor el talento sénior, que tiene unas cualidades específicas de las que carecen los más jóvenes, y que en muchos casos no se está aprovechando en todo su potencial. En este encuentro se profundizó en los nuevos perfiles que demanda la era digital y el papel de la formación para dotar a esos perfiles de capacidades adaptadas al mercado laboral.
Elvira Arango, subdirectora general de Formación de MAPFRE, destacó la diversidad generacional que convive en MAPFRE y cómo la compañía ha puesto en el centro a las personas, posibilitando que sean ellas quienes tengan la posibilidad de promover su propia formación y trazar su ruta de crecimiento profesional.