Pasear, salir a correr, dar una vuelta en bicicleta, nadar, jugar al pádel con amigos… Estos son solo algunos ejemplos de los millones de actividades que cualquiera podemos realizar, casi a diario, para mantenernos sanos y en forma. No solo a nivel físico, sino también emocional.
El deporte juega un papel muy importante en la salud mental y es clave para nuestro bienestar general. Evitar el sedentarismo, practicar ejercicio físico, aunque sea moderado, de manera habitual y establecer una serie de rutinas saludables (y, por supuesto, mantenerlas) puede ayudar a que nos sintamos mucho mejor.
Mantener un estilo de vida activo nos ayuda a tener más energía durante el día, activa el sistema inmunológico y puede ser una buena vía de escape ante los problemas y desequilibrios a los que nos enfrentamos cada día, como la falta de concentración, la ansiedad o el estrés. Incluso disminuye las posibilidades de sufrir depresión. En definitiva, es un estímulo perfecto para mejorar nuestra calidad de vida.
Así lo afirma también el doctor Ángel Durántez Prados, en su Guía para el antienvejecimiento, Jóvenes con canas: “Activarse: esta es la clave. Y eso está en nosotros. No podemos esperar que los demás hagan ejercicio por nosotros. El ejercicio es la mejor polipíldora para la salud. ¡Y no tiene efectos secundarios!”
Sin embargo, por pereza o falta de ganas, todavía hay muchas personas que no se atreven a dar este paso.
No caigas en el sedentarismo
El sedentarismo es una mala costumbre muy generalizada en nuestro país, que se encuentra en lo más alto de pódium de los países europeos en esta práctica. Solo en España, más del 40% de mayores de 18 años admite no realizar ningún tipo de actividad física durante la semana. En otros países, con climas mucho más fríos, como Suecia o Finlandia, este porcentaje no alcanza siquiera el 7%.
No mover nuestro cuerpo afecta directamente a nuestra salud, impactándonos de forma negativa a nivel físico y mental. Las consecuencias más comunes son el sobrepeso y la obesidad, con los riesgos que vienen asociados a ellas, como las enfermedades cardiovasculares, los dolores musculares y articulares, la artrosis… Además, fomenta otras patologías como la hipertensión arterial, el alzhéimer o la depresión, todas ellas muy vinculadas al envejecimiento. Y no solo eso, las personas sedentarias tienen entre un 20 y 30% más de posibilidades de morir de forma prematura.
Aun así, todavía hay una de cada cuatro personas que sigue sin practicar ningún tipo de actividad. Cifra que, para nuestra sorpresa, aumenta en los países más desarrollados. ¿De verdad merece la pena seguir poniendo en riesgo nuestra salud física y mental por no mantenernos activos?
¡Empieza a moverte!
¿Quieres encontrar la motivación para empezar a hacer ejercicio y no sabes cómo? Estos consejos pueden ayudarte a saltar del sillón y empezar a llevar una vida más activa. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán:
- Empieza poco a poco y mide tus progresos.
- Apunta qué cosas te hacen sentir mejor y practícalas.
- Elige un deporte que te guste. ¡Hay para todos los gustos y niveles!
- Plantéate unos objetivos alcanzables.
- ¡Búscate una compañía!
- Ve aumentando el tiempo y la intensidad de forma progresiva.
- ¡Diviértete!
¿A qué esperas para ponerlos en práctica? Detrás de la consecución de estos objetivos, se encuentra una versión mucho más feliz de ti mismo.