La inversión de la pirámide demográfica en España, con cada vez más personas mayores de 50 años en relación con las personas jóvenes, tendrá consecuencias en los ingresos estatales, tal como indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe Financiar el futuro: el impacto del envejecimiento en los ingresos de todos los niveles del gobierno. En concreto, supondrá un aumento de gasto público asociado al sistema de pensiones, la sanidad y la asistencia a personas dependientes, además de una reducción de los ingresos fiscales a causa del descenso de población en edad de trabajar. No obstante, el problema es también una solución, porque la sociedad puede y debe aprovechar la potencia económica y laboral de esa generación mayor de 50 años.
La contribución de las personas mayores de 50 años a la economía
El foco de preocupaciones de las instituciones económicas no ha estado nunca ni está en la capacidad de los seniors como consumidores. Es una cuestión fuera de toda duda: según el Estudio de la economía de la longevidad en España, elaborado en Oxford Economics, en 2019 los mayores de 50 años gastaron 334.942 millones de euros, el 60% del total del gasto de la población española. Las empresas han observado ese potencial y cada vez son más las que dirigen sus productos y servicios a este tipo de target. El conflicto, no obstante, viene supuestamente de la falta de empleabilidad sénior y de su incapacidad para contribuir a la recaudación fiscal y a las cotizaciones a la Seguridad Social.
Desaprovechamiento de la experiencia y fuerza laboral sénior
Y decimos supuestamente porque la generación sénior no presenta problemas de base para trabajar. En última instancia, todos los motivos a los que aluden los reclutadores de las empresas para no contratar a perfiles sénior son injustificados: déficit de aprendizaje para adaptarse a las nuevas tecnologías, falta de flexibilidad o carencia de ambición. Además, estos rechazos sistemáticos, basados en el edadismo, infravaloran valores añadidos que solo los profesionales seniors pueden aportar como fruto de las experiencias, el trabajo en proyectos muy diferentes y la cooperación con grupos de trabajo muy diversos. En cualquier caso, las reticencias a la contratación sénior están ahí.
Solución para la empleabilidad sénior y el aumento de los ingresos estatales
En un mundo ideal el edadismo desaparecía de los procesos de contratación y los seniors serían valorados en su justa medida. Sin embargo, y pese a los esfuerzos desde iniciativas como Ageingnomics, alcanzar esa situación ideal llevará tiempo. La economía pública, no obstante, no puede esperar, y es ahí donde el emprendimiento sénior entra en escena como una solución parcial pero muy efectiva a todos esos problemas, tanto las dificultades de contratación por cuenta ajena de los seniors como el descenso de las cotizaciones y recaudaciones fiscales relativas al trabajo del Estado. El emprendimiento sénior es importantísimo. Y no solo en España. Es un fenómeno mundial.
Emprendimiento sénior: un pilar socioeconómico clave en el mundo
Según datos del Informe Especial Global Entrepreneurship Monitor, el número de emprendedores mayores de 50 años supera al número de emprendedores de entre 18 y 29 años. Una tendencia que los expertos creen que seguirá intensificándose debido a un cambio en la pirámide demográfica que afecta a muchísimas regiones del mundo. En concreto, son 1.200 millones de personas las que pueden, ante los problemas a la hora de encontrar trabajos en empresas, lanzarse a la creación de empresas propias. Algo que además hacen muy bien: según informes de WISE Senior in Business, tiene una tasa de éxito con los nuevos negocios del 70%, muy superior al 29% de los jóvenes.
Esta diferencia puede entenderse desde los conocimientos disponibles. A fin de cuentas, los profesionales seniors cuentan con carreras muy dilatadas y variadas en las que han acumulado una gran cantidad de competencias tanto cognitivas como emocionales. Y ello afecta de forma inevitable a la toma de decisiones. En cualquier caso, la realidad es que esta aportación al mercado laboral es crucial, ya que no solo produce recaudación para sostener el sistema público, sino que, además, como señala Thomas Schott, profesor de emprendimiento en la Universidad del sur de Dinamarca, los seniors emprendedores “tienen más probabilidades que los jóvenes de emplear a más de cinco personas en sus negocios, por lo que no solo están generando autoempleo, sino que también están creando nuevos puestos de trabajo“.