Y es que, lejos de la representación estereotipada de persona mayor, cansada, sin interés por ampliar horizontes y conocer mundo, los sénior de nuestra generación, más que nunca, mantienen sus ganas de viajar: tienen voluntad de seguir explorando parajes desconocidos, enriquecerse de nuevas experiencias y descubrir lugares diversos. Su espíritu viajero no se disipa.
Así es el nuevo turista sénior
Con más tiempo libre que cualquier otro tipo de viajero, un estado de salud mucho más pleno que las generaciones anteriores y un poder adquisitivo más alto, el nuevo turista sénior es exigente, tiene claro lo que quiere y busca vivir nuevas experiencias; prefiriendo siempre los destinos culturales, naturales e históricos.
Su mayor estabilidad económica y menor dependencia de la temporada turística, convierten a este colectivo en uno especialmente estratégico para el sector, posicionándose como un motor turístico para la economía, especialmente a nivel nacional.
Y aunque durante los últimos años esta generación ha viajado menos, reconoce que se debe a las consecuencias derivadas de la pandemia, las preocupaciones y las restricciones. Ya planea recuperar sus escapadas de ocio, apostando mayoritariamente por moverse hacia destinos nacionales.
Una oportunidad para los profesionales del turismo
Como en cualquier otro momento de cambio, surgen nuevas oportunidades. Y la generación silver se presenta como la congruencia perfecta para muchas de las organizaciones y destinos turísticos que aún arrastran las consecuencias económicas de la pandemia, y buscan ahora enfocar su oferta a las necesidades y exigencias de este colectivo. Una vez más, las canas están de moda.
¿Cómo pueden conseguirlo? Ideando propuestas que se escapen de lo tradicional, que vayan más allá de lo típico, con opciones que permitan disfrutar del tiempo de ocio, la naturaleza o la cultura, pero sin dejar de lado el bienestar y el descanso, elementos que siguen siendo muy valiosos para los turistas sénior. Y buscando destinos que se ajusten a sus expectativas.
Un ejemplo lo encontramos en las islas, concretamente Las Islas Canarias, uno de esos lugares que cumplen con todas las garantías para convertirse en un destino turístico sénior por excelencia, por todas las oportunidades que tiene para crecer con la economía plateada. Como un clima estable que se mantiene durante casi todo el año, y le permite desestacionar el turismo. Premisa clave para acercarse a un público que evita viajar a lugares con afluencia masiva de gente y que puede permitirse disfrutar de sus vacaciones independientemente de la temporada.
El espíritu viajero nunca se pierde
La edad no interfiere en absoluto en las ganas de viajar. Los mayores siguen sintiendo el impulso por descubrir mundo, son una generación activa, dinámica y con edad para hacer lo que quieran. Cuentan con buena salud, tiempo libre y dinero y siguen queriendo invertirlo en disfrutar de su vida haciendo eso que nos gusta tanto a todos, independientemente de nuestros años: viajar.
Porque salir a buscar aventuras, explorar nuevos lugares y dar rienda suelta al espíritu viajero también es cosa de séniors.