En Ageingnomics llevamos muchos años denunciando el edadismo existente en el mercado laboral español. Cuando hablamos de edadismo, nos referimos a la discriminación por edad por la cual los profesionales séniors disfrutan de menos oportunidades laborales y son más propensos al desempleo de larga duración que perfiles más jóvenes. Todo ello a causa de estereotipos de deterioro cognitivo, déficit de resiliencia e incapacidad para adaptarse a nuevas tecnologías que no se corresponden con la realidad. Iseak, un centro de investigación social especializado en el diagnóstico de problemáticas sociales, ha realizado un experimento para evaluar el alcance de este fenómeno. Y los resultados respaldan esta desigualdad de oportunidades.
Un experimento basado en correspondence testing
La discriminación puede intuirse a partir de los datos estadísticos. Sin embargo, para confirmarla es necesario un procedimiento más preciso y directo que permita ver que una diferencia dada en esos datos estadísticos se debe precisamente a esa discriminación. En este caso, Iseak se decantó por una técnica muy habitual y efectiva en las ciencias sociales conocida como correspondence testing: desarrollaron varios pares de currículums prácticamente idénticos en los que la única variación era la edad y los enviaron a través de la plataforma de búsqueda de empleo Infojobs para vacantes inscritas en los sectores de administración de empresas y atención al cliente y ventas al detalle.
En total y a lo largo de las semanas, el equipo de investigación de Iseak envió más de 800 pares de currículums casi idénticos para más de 800 ofertas de empleo en la plataforma. El análisis de resultados posterior ofreció una panorámica clara: los trabajadores mayores recibieron la mitad de las invitaciones para una entrevista laboral que sus pares jóvenes, especialmente por parte de compañías asentadas en Barcelona y Madrid, donde el fenómeno es aún más intenso. Además, la brecha edadista resultó ligeramente más acentuada en el sector de administración de empresas, lo que confirma que esta discriminación aumenta conforme aumenta la cualificación profesional.
Revertir el edadismo requiere proactividad
Los estereotipos asociados a colectivos no desaparecen sin más de la noche a la mañana. Su erradicación es consecuencia del trabajo constante de activistas, fundaciones concienciadas, administraciones públicas, empresas, medios de comunicación y ciudadanos. O expresado de otra manera: es una tarea social colectiva. Entre las acciones clave para conseguirlo, y según sugerencias de la propia Iseak, está la eliminación de los límites de edad en los anuncios de ofertas de empleo, la promoción de los CV ciegos sin fotografías ni edad, la puesta en marcha de campañas públicas de concienciación y el fomento de los equipos de trabajo diversos en edad.
Después de todo, los profesionales séniors cuentan con una serie de atributos personales y profesionales, desarrollados a lo largo de decenas de años de carrera, que pueden potenciar tanto el rendimiento de los equipos como de las empresas en general. Como la visión de conjunto, la paciencia, el liderazgo o la gestión en situaciones de crisis. Es esencial no desaprovechar todo ese talento. De ahí que desde Iseak sugieran una medida más, aunque muy relevante: la bonificación a la contratación de personas mayores de 45 años por parte del Estado. Esto ayudaría a combatir la invisibilización de los adultos séniors, una fuerza laboral creciente clave para la estabilidad del estado del bienestar.