Ni siquiera la crisis sanitaria y económica ha alterado la base del consumo sénior. No solo no les ha afectado en demasía, sino que siguen manteniendo estables sus gastos sobre algunas de las obligaciones de mayor envergadura como puede ser el pago de hipotecas, los planes de pensiones o los seguros que tienen contratados. Además, mientras, siguen teniendo la capacidad de ahorrar todos los meses.
¿Qué queremos decir con esto? Es sencillo: los mayores de 55 años se han convertido en un filón para la gran parte de los sectores de consumo, haciendo que éstos cambien sus referencias hacia este rango generacional y sosteniendo la estructura económica de algunos de los países más importantes de Europa. Entre estos, el sector de los seguros, que está viendo crecer su alcance de manera progresiva, en parte, gracias a ellos.
Los śenior, un pilar para las empresas de seguros
Durante los últimos años, los mayores se han convertido en un pilar fundamental para las compañías aseguradoras. La inmensa mayoría de los sénior (para ser más concretos, un 98% de ellos), tienen contratado algún tipo de seguro, ya sea de vida, de salud o de propiedades. Solo un 2% no dispone de ninguno.
Tanto es así que cuentan con unas 3 pólizas de media y, aún así, tienen la capacidad de seguir ahorrando. Los más comunes entre ellos son el de hogar (un 85% posee al menos uno), el de vehículos (hasta el 79% cuenta con uno) y el de decesos (el 52%). Y con algo menos de peso, les siguen el de salud (un 28% tiene uno), el de vida (un 16%) y el de accidentes (un 8%).
Esto demuestra que, además de contar con un alto poder adquisitivo, los sénior se preocupan por tener un respaldo ante posibles situaciones de riesgo, como puede ser un accidente o una enfermedad. Por eso, se han convertido en un sector con un potencial enorme para cualquier aseguradora.
Los ahorros también les ayudan a sentirse más seguros
Ya hemos advertido que, a pesar de seguir haciendo frente a sus gastos, los sénior tienen una gran capacidad de ahorro: hasta cuatro de cada diez consiguen ahorrar entre el 11 y el 30% de sus ingresos. Sus ahorros son un sostén esencial para sentirse más seguros, para ayudar económicamente a sus familias o sus redes cercanas, y otra prueba más de su poderío.
Dejando claro que no sólo son relevantes para las aseguradoras, sino para toda la sociedad. Y, cada vez más, es vital que les demos la prioridad y la repercusión que se merecen.