El mercado laboral necesita a los trabajadores seniors. Primero porque la creciente inversión de la pirámide poblacional en nuestro país amenaza con transformarse en un grave problema para la economía nacional y en particular para su sistema de pensiones. Segundo, porque, como ya explicamos aquí en Ageingnomics, los profesionales silver conservan todas sus capacidades intelectuales y le suman a la ecuación una experiencia, una madurez emocional, una resiliencia adaptativa y una perspectiva que los talentos más jóvenes aún no han adquirido. El problema es el edadismo: los prejuicios sin fundamento que pesan todavía sobre el trabajador de más de 55 años y que le obstaculizan durante el proceso de contratación, incluida la fase de entrevista.
La importancia de la preparación de la entrevista
Todos los profesionales sin excepción, incluso los más versados en su sector, deben preparar concienzudamente una entrevista para, por un lado, incrementar las probabilidades de contratación y, por otro lado, conocer en profundidad la empresa para la que podrían terminar trabajando. Especialmente los seniors. A fin de cuentas, como hemos apuntado anteriormente, no son profesionales cualesquiera: son muy valiosos, sobre todo cuando combinan todo su aprendizaje pasado con nuevos aprendizajes que los actualizan y completan. Por eso, deberían fichar por empresas que verdaderamente valoren todo cuanto pueden ofrecer. A continuación, reseñamos unas cuantas recomendaciones para preparar estos encuentros.
Armar una defensa contra el edadismo
Es triste pero inapelable: la edad es una de las principales razones por las que los reclutadores laborales rechazan a muchos trabajadores de más de 55 años. Una lacra social que tarde o temprano, con el empuje de iniciativas como Ageingnomics, se extinguirá definitivamente. Sin embargo, hoy por hoy continúa presente y los seniors deben jugar sus cartas para combatirla y preparar respuestas frente a las potenciales preguntas sobre la formación digital, sobre la capacidad de adaptación ante los cambios, sobre la ambición y sobre cualquier otro asunto vinculado a un estereotipo negativo sobre los profesionales silver. Es clave presentar ejemplos que contradigan dichos prejuicios.
Evidenciar todo el valor añadido
El talento joven es muy relevante para el tejido laboral y económico y debe cuidarse. Pero, en algunos aspectos concretos, no puede aportar a los puestos y a las empresas lo mismo que el talento sénior. Al fin y al cabo, este último cuenta con décadas de experiencia y sabiduría a sus espaldas y posee más herramientas. El problema es que muchos reclutadores no lo tienen demasiado en cuenta. Al menos no tanto como deberían. Remediarlo es relativamente fácil: el entrevistado debe encontrar la forma de introducir en su discurso ese valor añadido, incluso cuando la persona que le entrevista no pregunta directamente acerca de ello. Es necesario abrirle los ojos. Exponerle la calidad que no consigue ver.
Practicar con las tecnologías de videollamada
Los adultos mayores presentan la misma habilidad para aprender a manejar nuevas tecnologías que los más jóvenes una vez se lanzan a ello y experimentan. No obstante, es cierto que dichas tecnologías llegan antes a los jóvenes, auténticos nativos de la red, lo que obliga a los seniors a llevar a cabo una adaptación proactiva. No solo de cara al desempeño profesional dentro de una compañía, también para el desarrollo de la propia entrevista, que en cada vez más ocasiones tiene lugar a través de una pantalla. En este sentido, el profesional silver debe familiarizarse con softwares como Microsoft Teams, Zoom o Skype, y con hardwares como la cámara web o el micrófono.
Trabajar la comunicación no verbal
Las expresiones faciales y las diferentes posturas son mensajes en sí mismo, mensajes que los reclutadores captan de manera consciente o de manera inconsciente. Por eso es esencial que los seniors trabajen este aspecto: la idea es transmitir serenidad, autocontrol, mucha confianza, claridad en las ideas, respeto y humildad. Son valores que van creciendo en la mayoría de las personas, gota a gota, a lo largo de los años. El tipo de valores que añaden calidad al perfil profesional y que se esperan en cierto modo de trabajadores silver. Sonreír, mantener la mirada al entrevistador o mantener una postura erguida y cómoda son algunos detalles que marcan la diferencia.