Reskilling laboral: tendencia clave para que el talento sénior no pierda oportunidades

El reskilling laboral es la oportunidad de las compañías de ampliar los saberes y las habilidades de sus trabajadores para situarlos en puestos diferentes.
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En estos momentos están produciéndose varios fenómenos simultáneos que amenazan con dejar a los profesionales seniors fuera del tejido laboral. Por un lado, nos enfrentamos a los estereotipos edadistas por parte de algunas empresas y de sus responsables de reclutamiento, que consideran erróneamente que estos profesionales carecen obligadamente de las habilidades digitales necesarias para desenvolverse en mundo laboral contemporáneo, así como de ambición y de flexibilidad. Por otro lado, la aparición de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial y los algoritmos, podrían terminar con muchos empleos humanos en las próximas décadas. Pero hay una solución: el reskilling laboral.

Definición del reskilling

El reskilling no es una actitud que deba partir del profesional, sino que hace referencia a la oportunidad de las compañías de ampliar los saberes y las habilidades de sus trabajadores para situarlos en puestos diferentes al habitual. En este sentido, se trata de una política institucional que trata de disponer de profesionales más versátiles, con mayor rango de capacidades complementarias y preparados para abordar tareas que la empresa necesita efectuar para cumplir sus objetivos de negocio. En lugar de buscar fuera, contratando a nuevos empleados, el reskilling da a las compañías la oportunidad de reciclar lo que ya tiene dentro para satisfacer sus necesidades. Y esto tiene muchas ventajas.

Ventajas del reskilling

Para la compañía las ventajas están muy claras: proporcionar formación paralela a sus trabajadores resulta más económico que contratar a otros empleados. Además, la empresa se ahorra el periodo de adaptación del nuevo trabajador, dispone de mayores posibilidades de movilidad interna y motiva al equipo de trabajo, ya que los profesionales que lo conforman se sentirán apreciados, útiles y desafiados a mejorar. Para los trabajadores supone no solo una ampliación de sus conocimientos, sino también la tranquilidad de que la compañía confía en ellos y entiende que son capaces de adaptarse a nuevas realidades. Esto es especialmente cierto en trabajadores seniors, a menudo infravalorados.

Estrategias de reskilling

Una de las estrategias de reskilling más habituales son las formaciones reguladas, como cursos o certificaciones. Estas pueden impartirse tanto de manera presencial como online o mixta. Las certificaciones en ocasiones cuentan con grados y ello motiva a los profesionales a esforzarse por alcanzar nuevos niveles y mejorar sus prestaciones y sus retribuciones. Por otro lado, también están las mentorías, en las que un coach especializado implementa un programa de capacitación personalizado. Es una vía de aprendizaje más rápida pero también más costosa generalmente. Por último, está la capacitación en el trabajo: aprender ocupando el puesto y con compañeros como guías.

Importancia del reskilling para la generación sénior

Muchos trabajadores seniors han forjado su carrera en entornos laborales relativamente estables. Al menos en comparación con el actual, que evoluciona constantemente fruto de las incesantes innovaciones tecnológicas. No obstante, esto no significa que el talento sénior tenga dificultades extras para adquirir nuevas competencias. No las tiene. De ahí que el reskilling sea una política muy valiosa para este segmento, ya que les permite desarrollarse en nuevas líneas de trabajo y evitar ser sustituido por nuevos empleados que traigan de base las habilidades y capacidades para esas líneas de trabajo que la empresa requiere transitar. Ese voto de confianza es clave para ellos. Y para la sociedad.

Porque sin reskilling corremos el riesgo de desperdiciar toda esa experiencia y todas esas skills únicas que los profesionales seniors han acumulado a lo largo de años y décadas de trabajo. Unas skills que en muchos casos van más allá de lo que puede aprenderse con alguna formación complementaria como inteligencia emocional, mirada de conjunto para la toma de decisiones o seguridad ante nuevos desafíos. Un trabajador joven no puede asimilar todo esto con un curso. Requiere toda una carrera profesional. Sin embargo, los seniors pueden complementar su formación, como familiarizarse con el Big Data o con las IA, con un programa formativo. Y eso es algo que debemos aprovechar como sociedad.