El nuevo mundo que nos ha tocado vivir está repleto de buenas noticias. Más años de vida para disfrutar, menos enfermedades y nuevas tecnologías a nuestra disposición. Además sin darnos cuenta ha surgido una nueva generación de edad a medio camino entre el retiro y el trabajo que tiene en su mano liderar una auténtica revolución.
La presión demográfica pide a gritos que empresas, ciudadanos y administraciones se comprometan a situar este asunto en la más alta prioridad, con actuaciones coherentes; de otro modo el futuro no será del color plateado como las canas de los mayores, sino muy negro.
El aumento de la longevidad de la población y las oportunidades de la economía del envejecimiento han dado lugar a que Antonio Huertas, presidente de MAPFRE, e Iñaki Ortega, director de Deusto Business School se lanzaran a escribir este libro. Es evidente que cada vez se viven más años. Según la OCDE en 2050 España será el territorio más envejecido del mundo, con un 40% de la población mayor de 65 años. Además la mitad de las niñas que nacieron en 2017 en Europa, van a vivir más de 100 años. Todo esto no es una mala noticia, como muchos vaticinan, sino una buena si se sabe gestionar.
La generación de las canas la integran los mayores de 55 años que tienen por delante otros 25/30 años de actividad, no necesariamente la misma y no necesariamente incompatible con la jubilación.