Dormir mal repercute en nuestra salud, tanto física como mental. Nos provoca cansancio, falta de concentración y energía, irritabilidad e, incluso, puede desencadenar patologías más graves como la ansiedad o la depresión. Y, por eso, es importantísimo cuidar nuestro descanso.
Lo primero que debes hacer es identificar en qué grado se encuentra tu insomnio, porque, aunque suene raro, existen diferentes categorías de vigilias.
¿Qué tipo de insomnio padeces?
Conforme a los estudios, existen varios tipos de insomnio. Es crucial saber cuál padeces para poder gestionarlo. Son los siguientes:
- Insomnio liviano. Es tan leve que casi no se le puede catalogar como insomnio. En general, tu calidad del sueño es bastante buena y descansas lo suficiente, pero sí tienes días en los que te cuesta algo más dormir.
- Insomnio moderado. Los desvelos se acentúan y suelen estar provocados por causas que no se pueden controlar. Sin embargo, sí hay algunos hábitos que puedes adquirir para enfrentarte a ellos, como aprender a gestionar el estrés, cenar de forma ligera, no dedicar demasiado tiempo a los aparatos electrónicos durante las 2 horas antes de dormir o evitar la cafeína durante todo el día.
- Insomnio crónico. Si se alarga durante largos periodos de tiempo, entonces, lo mejor es acudir a un profesional, pues puede evolucionar de forma negativa, afectando a tu día a día y agravando problemas de cansancio y ansiedad.
Una forma muy sencilla de valorar en qué situación te encuentras es a través del test que propone el doctor Ángel Durantez en su Guía del antienvejecimiento, Jóvenes con canas. ¡Cuéntanos si te atreves a hacerlo!
¿Cómo acabar con el insomnio?
Existen algunas estrategias o trucos que pueden ayudarte a combatirlo o, al menos, a lidiar con él de la mejor manera posible. Te las contamos:
- Controla las horas que duermes cada día, esto te ayudará a identificar cuáles son las actividades de tu rutina que repercuten de forma directa en tu descanso.
- Usa la cama únicamente para dormir, evita ver la televisión o leer en ella antes de dormir. Y si puedes hacerlo en otra habitación, mejor.
- Establece una rutina saludable en la que todos los días te vayas a la cama a la misma hora, acostumbrando a tu cuerpo a este hábito.
- Trata de hacer algo de ejercicio durante el día, pero nunca justo antes de irte a dormir, pues esto podría desvelarte aún más.
- Evita los malos hábitos, el estrés y cuida tu alimentación.
- Y, si duermes siesta, que no dure más de 20 minutos.
Poniendo estas recomendaciones en práctica, el insomnio debería mejorar. Pero lo más recomendable, siempre, es que acudas a un especialista. Apostar por tu descanso también es apostar por tu salud.
Además, ¿existe algo mejor que dormir como un niño?