La tercera edad solía ser una edad en la que la sociedad animaba a los séniors a abandonar la conducción en nombre de la seguridad. Y había motivos científicos para ello: la vejez implica inevitablemente un deterioro menor o mayor de ciertas capacidades cognitivas y de los sentidos, lo que perjudica la precisión de los movimientos en carretera. No obstante, y gracias a los avances médicos y sociales, no todos los séniors se encuentran ubicados dentro de la vejez. En realidad la tercera edad, en contraste con la cuarta edad, conserva buena parte de sus cualidades mentales y físicas y puede llevar a cabo una conducción totalmente segura. De hecho, son fundamentales para el mercado del automóvil.
Séniors: líderes de la adquisición de automóviles
Los consumidores de más de 50 años son la base de la industria automovilística de la Unión Europea. En concreto, y según los datos de las agencias europeas difundidos por Plataforma50, “la edad media de compra de coche nuevo se sitúa en el umbral de los 52 años” entre los 27 estados miembros de esta comunidad política. Y no solo eso: también representan el segmento poblacional que adquiere vehículos de mayor gama y en consecuencia de mayor precio. Dos realidades que tienen como explicación subyacente el mayor poder adquisitivo de esta generación respecto a las generaciones más jóvenes. En concreto, son los mayores de 65 años quienes poseen mayor potencial de consumo.
Y evidentemente las marcas automovilísticas son conscientes de ello, como demuestra la continuación de la famosa campaña de la señora por parte de la empresa alemana Volkswagen para publicitar su Volkswagen Golf A3. Si en su primer anuncio, en 2010, la protagonista vendía su amado vehículo a un adolescente, en este segundo, ya en 2023, vuelve a subirse a la versión eléctrica de aquel coche para recuperar las sensaciones que solía tener al volante. Un mensaje claro: la marca pretende relacionar la conducción con la etapa de vida sénior. En parte, por el simple hecho de que el envejecimiento poblacional reducirá su público joven e incrementará su público mayor. Necesitan a los séniors.
Facilitar la libre movilidad a los séniors
La movilidad es una de las cualidades más importantes de la libertad. Nadie puede sentirse verdaderamente autónomo ni pleno cuando no es autosuficiente a la hora de desplazarse. En este sentido, y teniendo en cuenta que los séniors no presentan, ni mucho menos, el deterioro que solían presentar décadas atrás, es imprescindible trabajar como sociedad para que los estereotipos edadistas no alejen a los séniors de las carreteras. Primero, por su propio bienestar individual. Segundo, por la salud de una industria de la que dependen miles y miles de puestos de trabajo. Dicho esto, sí es cierto que la ralentización del deterioro no implica una desaparición del mismo. Y esto requiere medidas.
Entre ellas, una facilitación de las revisiones de vista y oído, una mayor información disponible sobre las interacciones entre medicamentos y circulación en carretera, una promoción de la vida activa sénior para conservar la mayor cantidad de capacidades psicofísicas posibles, un fomento del ambiente sénior friendly de las estaciones de descanso, una concienciación social sobre la importancia de no conducir en días de lluvia o nieve salvo que sea indispensable o la existencia de programas de actualización de conocimientos. Los séniors pueden y deben formar parte de la realidad automovilística de este país. Solo se requiere un enfoque basado en la equidad que tenga en cuenta sus rasgos únicos.