La evolución de la pirámide invertida

La inversión de la pirámide demográfica española es ya una realidad
Home > Blog > La evolución de la pirámide invertida

06.16.2022

La inversión de la pirámide demográfica española es ya una realidad. Por primera vez en la historia, los últimos escalones de esta pirámide son más anchos que los de su base. Es una tendencia a nivel mundial: las sociedades están alcanzando una estabilidad en la que la esperanza de vida aumenta y el número de nuevos nacimientos hace todo lo contrario, disminuyendo en gran medida.

La consecuencia directa de esto se traduce en un cambio de forma de la pirámide poblacional a la que estamos acostumbrados, en una evolución hacia su total inversión. Y en este punto, el envejecimiento y la longevidad se han convertido en una garantía imprescindible para el futuro.

Beneficios de una nueva tendencia demográfica

El envejecimiento generacional, visto en muchas ocasiones como un avance negativo, es, a nuestro parecer, una oportunidad. Una casualidad perfecta para terminar de nutrir la sociedad en la que vivimos, apoyándonos en algunos elementos que se ven ahora aventajados y que son tan imprescindibles como beneficiosos. Y es que el envejecimiento poblacional puede llegar a tener muchos efectos positivos.

Contribuye en gran medida al aumento de los niveles de educación global. Los sénior aportan experiencia, madurez y talento a las empresas en las que trabajan y trasladan sus conocimientos a las nuevas generaciones. Con ello, además, mejoran la productividad de las organizaciones.

El aumento de la esperanza de vida ha colocado a los sénior en una posición de poder. Los más mayores se han forjado como un pilar esencial para el sustento de la economía, ya que cuentan con una estabilidad financiera envidiable, nunca antes vista, son usuarios activos del ciclo del consumo y no dudan en compartir su riqueza con sus círculos de confianza.

Sin embargo, existen todavía algunas barreras que derribar, como es el edadismo, que se reflejan en las críticas hacia una sociedad que evoluciona de forma natural, y que podrían convertirse en una enorme oportunidad si se aprovechara más el talento de los séniors. La generación que, aunque ocupa los últimos escaños de la pirámide, sigue siendo muy relevante para el mercado laboral y la economía.

Algunas prioridades también se invierten

Ante una realidad social en la que la pirámide poblacional ya está completamente invertida, las empresas y las políticas públicas tienen el compromiso de ofrecer soluciones que fomenten el bienestar y la protección de los sénior.

Porque sabemos que el envejecimiento de la población no es, en absoluto, un fenómeno estrictamente demográfico. Sino que afecta también a otros aspectos fundamentales de nuestras vidas, como son los servicios de sanidad o sociales, las pensiones, el propio sistema productivo e incluso los mensajes que lanzamos, ya que no serán los mismos cuando nos dirijamos a una sociedad joven que cuando lo hagamos para una en la que predominan los sénior.

Por eso, tanto las empresas y la Administración como las propias sociedades han de comprender que la nueva pirámide poblacional puede ser una oportunidad para acercarse a un segmento de población con un altísimo potencial. Y con ganas de explotarlo al máximo.