El envejecimiento conlleva un proceso en el que algunas facultades del organismo pierden efectividad. Ocurre de una manera natural y, hasta el momento, en el estado actual de la medicina, no existe ninguna manera de revertirlo. No obstante, esto no significa que ese deterioro sea igual para todo el mundo y bajo todas las circunstancias. De hecho, la clave del buen envejecimiento es precisamente que el cambio fisiológico se produce a un ritmo muy lento y con la suficiente poca intensidad como para permitir a la persona una vida completa y satisfactoria. Es lo que los especialistas llaman envejecimiento exitoso. Y depende de manera crucial de la actividad física.
El papel de la actividad física para un envejecimiento óptimo
El envejecimiento exitoso es aquel en el que la disminución de las capacidades tiene lugar de manera orgánica y en un grado paulatino, lo cual contrasta con el envejecimiento enfermo en el que algunas cualidades se ven profundamente mermadas por la aparición de enfermedades de tipo crónico como la diabetes, la hipertensión, la osteoporosis y muchas otras más. La literatura científica, amplia y profunda, ha demostrado el vínculo entre el sedentarismo y el aumento de probabilidades de padecer estas afecciones. En ese sentido, los buenos hábitos físicos son la estrategia no farmacológica más efectiva para alcanzar un envejecimiento exitoso y una buena esperanza de vida con buena salud.
Cifras de la actividad física de la población sénior en España
Unos meses atrás publicamos la Guía sobre Deporte y Envejecimiento Activo, desarrollada en colaboración con la Fundación Patrocina un Deportista y el grupo de investigación ACAFYDE de la Universidad de Extremadura, en el que no solo mostrábamos los beneficios del ejercicio para las personas seniors, sino que también recogíamos sus hábitos actuales en este apartado de sus vidas. Y las cifras, aunque mejorables a ciertos niveles, invitan al optimismo: entre 2015 y 2020 se ha producido una fuerte concienciación por parte de la población adulta mayor en lo que respecta al deporte y han aumentado los porcentajes de participación en todo tipo de actividades físicas.
En la actualidad, por ejemplo, el 50,5% de las personas mayores de 55 años en España practican gimnasia suave, muy por encima del 38,5% del año 2015. Lo mismo ocurre con el senderismo, que se incrementó del 27,3% al 30,8%, y con el ciclismo, que hizo lo propio de un 22,8% a un 25,5%. El running, por su parte, es la actividad deportiva que ha experimentado un mayor aumento, pasando de un 10,6% a un 19,5%. En solo cinco años han caído mucho los prejuicios y los miedos acerca de las posibilidades físicas de los mayores. Y es una gran noticia. Quienes envejecen deben estar abiertos a la práctica deportiva de todo tipo. Con precaución todo es posible.
Revelaciones que deben motivarnos a seguir trabajando
Instituciones que, como Ageingnomics, dedican su tiempo y sus esfuerzos a promover una vejez activa, funcional, variada y plena celebran estos números. Sin embargo, no podemos caer en la complacencia: la práctica de deportes como la natación, el tenis o el pádel ha disminuido durante estos cinco años analizados en la guía. La pandemia por el coronavirus ha influido en esto. Si valoramos detenidamente las actividades que han aumentado y las que han decrecido vemos que las primeras suelen ser más individuales y las segundas más colectivas. La COVID-19 ha hecho que muchos tomen distancia. Sobre todo personas adultas mayores más susceptibles a los daños del virus.
En cualquier caso, el trabajo de concienciación debe continuar. Especialmente porque existe otro dato preocupante: al menos en lo que refiere a prácticas deportivas impartidas por ayuntamientos, y no de manera libre, la diferencia de participación entre mujeres y hombres es enorme y abre una brecha en el autocuidado entre ambos sexos. En concreto, las mujeres representan el 78% de los asistentes a las actividades físicas públicas, mientras que los hombres representan únicamente el 22%. Como siempre, los datos requieren análisis más detallados del contexto para entenderse, pero en primera instancia dan que pensar. Es imprescindible seguir transmitiendo la trascendencia del deporte.
Más seniors físicamente activos
Sea como sea, y aunque desde Ageingnomics hagamos hincapié en lo que puede mejorarse, el panorama general es muy bueno. De hecho, la Encuesta de Hábitos Deportivos del Consejo Superior de Deportes muestra que los mayores de 55 años que practican alguna actividad física semanalmente era en 2020 del 38,5%, dejando muy atrás el 26% del año 2015. En líneas generales, la población adulta mayor española permanece activa, como prueban también nuestras cifras de emprendimiento sénior, superiores a la de países como Alemania, Francia, Italia, Polonia, Portugal o Suecia. Sin duda, deporte y aportación laboral son pilares del buen mantenimiento físico, psicológico y emocional. Pilares del envejecimiento exitoso.