Los mayores de 65 años poseen la mayor renta media por persona de España

El poder adquisitivo de los séniors es una ventaja financiera para las empresas. ¿Están las marcas aprovechando este mercado?
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11.01.2023

En varios otros de los artículos de nuestro blog hemos reflexionado acerca de las consecuencias de la inversión de la pirámide poblacional en nuestro país, de las cuales una de las más importantes es el cambio de rol de los séniors tanto en el apartado productivo como en el apartado de consumo: sin ellos, la economía española no podría mantenerse, razón por la cual las empresas han comenzado, después de muchos años y décadas de semiolvido, a priorizar su contratación y el desarrollo de productos, servicios y campañas de marketing dirigidas a estos adultos mayores. Pero hay otro motivo clave para centrar los esfuerzos comerciales en ellos: tienen la mayor renta media por persona del país.

Diferencias respecto a la renta de otros segmentos de edad

El fenómeno no es nuevo. Según explican desde La Razón, basándose en los datos del informe 65 y más, llevado a cabo por la compañía de investigación Comscore, los mayores de 65 años lideran el ranking de grupos con mayor renta media por persona desde el año 2013. Pero lo realmente importante es la diferencia respecto a la renta media del resto de segmentos de edad. Por ejemplo, presentan unos 500 euros anuales más que los adultos con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años, pero hasta 1.800 euros más que los adultos de edades de entre 30 y 44 años. Sin embargo, aún no son, ni mucho menos, el target prioritario de las marcas.

Esto resulta aún más impactante a la vista de otros datos extraídos del informe. Como ese que establece que los hogares encabezados por personas de 55 años o más poseen más del 66% de la riqueza neta del país: un 24% está en manos del segmento de edad comprendido entre los 55 y los 64 años, un 23% en manos de quienes tienen entre 65 y 74 años y un 19,4% en manos de los que están por encima de los 75 años. Los séniors son, además, el único grupo de edad que ha visto reducida su tasa de riesgo de pobreza desde la crisis financiera que tuvo lugar una década atrás, según muestra la última Encuesta de Condiciones de Vida del INE.

Otras ventajas financieras de los séniors para las marcas

El hecho de que los séniors dispongan de una renta media más alta que el resto de grupos de edad debería ser suficiente para que las marcas centraran sus esfuerzos un poquito más en intentar atraerlos y retenerlos. No obstante, las ventajas financieras de los mayores no terminan ahí. Además, son un grupo que presenta, por lo general, una menor cantidad de cargas financieras, al disponer habitualmente de una vivienda propia ya pagada. Lo mismo ocurre en ocasiones con el vehículo y otras propiedades: hace mucho que terminaron de pagarlas y no suelen cargar con hipotecas, préstamos y créditos a sus espaldas. Presentan mayor libertad de gasto.

Del mismo modo, los séniors cuentan con otra gran ventaja que les permite consumir con mayor espontaneidad y amplitud: suelen disponer de un colchón de ahorro mucho mayor. Y no hay truco aquí. Es simplemente una cuestión de tiempo. Al fin y al cabo, han estado cobrando un sueldo durante un tiempo bastante más prolongado que otros adultos de menor edad, lo que les ha dado la oportunidad de ir destinando dinero al ahorro durante más tiempo. Ahora, en las últimas décadas de sus vidas, entienden perfectamente la importancia de disfrutar de ese dinero acumulado a través de una vida activa llena de nuevas experiencias y comodidades.

Otras ventajas no financieras de los séniors para las marcas

Es evidente que las posibilidades económicas de los séniors debería valerles para convertirse en un target prioritario de las empresas. Pero, además, los séniors presentan una serie de circunstancias que incrementan su valor como consumidores: más de 10 millones de ellos entran y utilizan la banca online, están cada vez más activos en internet en general, están muy interesados en el turismo y el bienestar personal y cuentan cada vez más con estudios superiores, lo que permite a las empresas ofrecerles productos y servicios más sofisticados. Como vemos, una vez más, la única razón para no tenerlos en cuenta es el edadismo. Pero caerá tarde o temprano.