Ahora, gracias a un envejecimiento saludable y activo y a los progresos de la medicina (como en prevención, diagnóstico o tratamiento de las enfermedades), la gran mayoría de la población sénior cuenta con muy buena salud, capacidad para continuar activos y suficiente energía para no dejar de moverse. Son ellos quienes eligen si quieren seguir trabajando más allá de la edad estipulada o si, por el contrario, quieren mantenerse activos una vez han decidido jubilarse.
En el Libro verde del Envejecimiento, elaborado por la Comisión Europea, se exponen algunas de las actividades preferidas por los adultos mayores para mantenerse activos. Y, además, relata la importancia de seguir aportando a la sociedad (incluso después de la jubilación), de sentirnos realizados a cualquier edad y, por supuesto, de disfrutar de todas las etapas de la vida.
Cómo se mantienen activos los sénior
Casi una quinta parte de todas las personas de entre 65 y 74 años son voluntarios formales en diferentes organizaciones y, una vez pasan los 75, siguen prestando sus servicios hasta que su estado de salud se lo permite. Las actividades de voluntariado son fundamentales para impulsar la solidaridad y la cooperación y nos permiten seguir generando valor a la sociedad, beneficiando tanto a jóvenes como a mayores con nuevos conocimientos, experiencias o mejorando la autoestima. Además, tienen un importante valor económico. Su implicación es tal, que durante la pandemia muchos médicos jubilados volvieron a ponerse sus uniformes para ayudar a otras personas.
En otro sentido, muchos de ellos, sobre todo las mujeres, se dedican al cuidado de forma no remunerada. Son cuidadoras, casi siempre de sus familiares (como padres, parejas, hijos, nietos…) Y representan un apoyo crucial para conciliar la vida profesional con la familiar.
Ambas labores fomentan el aprendizaje intergeneracional, que permite compartir competencias entre la población de distintas edades. Sin embargo, la mayor parte de este tipo de intercambio de conocimientos tiene lugar de forma informal en la comunidad, en actividades en las que participan ambos grupos etarios y que pueden realizarse en ambientes de todo tipo, pueden ser en torno a bibliotecas y museos, asociaciones culturales, o deportivas, entre otros.
Además, la movilidad activa también forma parte de un envejecimiento activo. Y es muy importante apostar por nuestro propio bienestar dedicándole parte de nuestro tiempo al ejercicio físico. Caminar o montar en bicicleta son los deportes favoritos entre los mayores de 65, pero cualquiera que nos haga sentir bien es válido.
Se trata de moverse para vivir siempre al cien por cien de nuestras capacidades. Se trata de vivir todo lo que se interponga en nuestro camino, y de hacerlo con la sonrisa de saber que nos queda mucho por delante.