Los límites biológicos de la esperanza de vida

Redefiniendo la vejez, seniors activos y autónomos desafían los límites biológicos de la esperanza de vida.
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09.15.2023

El envejecimiento biológico es un proceso tan complejo como misterioso. No en vano, y tras infinidad de estudios e investigaciones, sigue sin haber una respuesta científica exacta a la pregunta de por qué envejecemos. Entre las teorías más prometedoras están la teoría del desgaste, la teoría de la senescencia celular, la de los telómeros, la de la respuesta inmunitaria disminuida, y la teoría de las mutaciones genéticas acumulativas. En cualquier caso, la evolución de la esperanza de vida durante estas últimas décadas muestra que el margen de acción que permiten los genes es mucho mayor del esperado. 

La importancia de una vida saludable 

Los genes condicionan profundamente: establecen el rango dentro del cual puede situarse un rasgo concreto del organismo. Pero este rango, como apuntábamos anteriormente, parece ser bastante más amplio de lo que solía pensarse. Hasta tal punto que los avances en medicina, la concienciación generalizada sobre la importancia de la buena alimentación y de la actividad física regular y, en definitiva, una vida más cómoda, han provocado un aumento de la esperanza de vida de unos 20 años en todo el mundo en el periodo que va desde 1960 hasta 2020. Y, lo más importante, ha logrado que las diferentes fases de la vida sean más autónomas, más plenas y más felices. 

Porque esa es una de las claves de todo este asunto: la prolongación de la vida no debe responder a una obsesión por los números, vivir 69 o 85 años, sino a una extensión de la calidad de vida. Después de todo, ¿de qué serviría vivir eternamente si dicha vida fuera sufriente? Es sin duda una de las preguntas más importantes en relación a la esperanza de vida. La otra, en la que llevan estudiando años muchos autores y científicos, es cuál es el límite exacto de esa esperanza de vida. O dicho de otra manera: el desarrollo médico, el avance social, el progreso económico, ¿cuánto pueden expandir la esperanza de vida antes de chocar contra una barrera genética insalvable? 

Donde la voluntad topa con la genética 

La inmensa mayoría de las personas desearía vivir mucho más. Y, efectivamente, podrían hacerlo: los informes científicos establecen que los seres humanos podríamos alargar unas cuantas décadas más la esperanza de vida. Pero eso es todo. En concreto, y según una investigación llevada a cabo por científicos del Gero PTE de Singapur, y publicada en la revista especializada Nature Communications, el punto máximo de resistencia fisiológica del organismo humano se situaría entre los 120 y los 150 años. Esto significa que países como España, en los que la esperanza de vida media supera los 83 años, tendrían aún muchísimo margen de mejora. 

La vejez no es lo que era 

Porque esta evolución obliga a reconsiderar los conceptos acerca de los diferentes segmentos poblacionales. Con una potencial esperanza de vida de 150 años, un sénior de 65 años está lejísimos de ser una persona mayor. Ni siquiera habría llegado a la mitad de la vida que su biología le posibilita. A esto hay que sumarle que, conforme siga avanzando la ciencia, la responsabilidad de autocuidado individual y toda la sociedad en general, los 65 años serán experimentados con aún mejor salud y mayor autosuficiencia. Y lo mismo ocurrirá con franjas de edad superiores. En el futuro una persona de 90 años podría ser autónoma e independiente en todos los sentidos. 

Reincorporar a los seniors en la dinámica social 

Esta realidad sociocientífica exige un cambio de paradigma. Primero, porque los mayores no son tan mayores a la luz de los datos. Segundo, porque estos mayores serán cada vez más en un mundo en el que la natalidad está estancándose progresivamente. En este sentido, y más allá de la cuestión ética, fuera de toda duda, no tiene sentido alejar a los seniors de la esfera de influencia social. Su energía, su experiencia y su liderazgo serán esenciales para que la civilización continúe progresando y, paradójicamente, para que alcancemos nuevas esperanzas de vida y nuevas calidades de vida a todas las edades. No hay duda: para desafiar los límites de la biología necesitamos su talento.